Seguir unas normas de higiene postural previene el riesgo de sufrir dolor de espalda y mejora el mal ya desarrollado
La falta de ejercicio, los excesos de carga y los hábitos posturales incorrectos son los principales motivos del dolor de espalda. Los beneficios que conlleva el control de estos tres factores son incontables. A su vez, unos hábitos posturales saludables pueden evitar el desarrollo de enfermedades crónicas del corazón, diabetes u obesidad, entre otras. Las consecuencias del dolor de espalda afectan tanto a los quehaceres cotidianos, como al ámbito laboral y al tiempo de ocio, por lo que el impacto en la calidad de vida de los afectados supone un gasto económico nada despreciable: entre el 1,7% y el 2,1% del Producto Interior Bruto (PIB).
Los beneficios que aporta a la salud y a la calidad de vida el ejercicio regular son indiscutibles, pero también lo es la necesidad de mantener unos hábitos posturales correctos. La actividad física moderada es siempre eficaz para disminuir el riesgo de molestias en el sistema muscular, así como el dolor crónico. En estos casos, aparte del ejercicio, siempre que sea posible, hay que limitar el tiempo de reposo absoluto, por contradictorio que parezca, ya que puede prolongar la dolencia.
Los problemas que se derivan de los hábitos sedentarios son la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares e, incluso, algunos cánceres. Con el fin de evitarlos, lo más recomendable es llevar una vida dinámica. Isabel Sañudo, jefe del servicio de Rehabilitación del Hospital Clínic de Barcelona, aconseja realizar las tareas del hogar, caminar para ir a trabajar o para ir a la compra y subir escaleras. Durante el tiempo libre, como complemento, recomienda practicar alguna actividad regulada en sesiones planificadas, con sencillos ejercicios aeróbicos de poco impacto, como nadar, caminar, hacer senderismo, bicicleta, ejercicios de tonificación muscular con cargas leves o moderadas, en series repetitivas crecientes y ritmos moderados de repetición, estiramientos y ejercicios de flexibilidad.
http://www.consumer.es/web/es/salud/prevencion/2010/04/26/192640.php
La falta de ejercicio, los excesos de carga y los hábitos posturales incorrectos son los principales motivos del dolor de espalda. Los beneficios que conlleva el control de estos tres factores son incontables. A su vez, unos hábitos posturales saludables pueden evitar el desarrollo de enfermedades crónicas del corazón, diabetes u obesidad, entre otras. Las consecuencias del dolor de espalda afectan tanto a los quehaceres cotidianos, como al ámbito laboral y al tiempo de ocio, por lo que el impacto en la calidad de vida de los afectados supone un gasto económico nada despreciable: entre el 1,7% y el 2,1% del Producto Interior Bruto (PIB).
Los beneficios que aporta a la salud y a la calidad de vida el ejercicio regular son indiscutibles, pero también lo es la necesidad de mantener unos hábitos posturales correctos. La actividad física moderada es siempre eficaz para disminuir el riesgo de molestias en el sistema muscular, así como el dolor crónico. En estos casos, aparte del ejercicio, siempre que sea posible, hay que limitar el tiempo de reposo absoluto, por contradictorio que parezca, ya que puede prolongar la dolencia.
Los problemas que se derivan de los hábitos sedentarios son la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares e, incluso, algunos cánceres. Con el fin de evitarlos, lo más recomendable es llevar una vida dinámica. Isabel Sañudo, jefe del servicio de Rehabilitación del Hospital Clínic de Barcelona, aconseja realizar las tareas del hogar, caminar para ir a trabajar o para ir a la compra y subir escaleras. Durante el tiempo libre, como complemento, recomienda practicar alguna actividad regulada en sesiones planificadas, con sencillos ejercicios aeróbicos de poco impacto, como nadar, caminar, hacer senderismo, bicicleta, ejercicios de tonificación muscular con cargas leves o moderadas, en series repetitivas crecientes y ritmos moderados de repetición, estiramientos y ejercicios de flexibilidad.
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