Si no conoces esta semillita es momento de hacerlo, pues es una de las semillas que contienen más propiedades benéficas para la salud. La chía, conocida también como Salvia hispánica, es una planta herbácea de la familia de las lamiáceas, crece anualmente y llega a medir hasta 1 m de altura. Sus hojas opuestas entre si miden entre 4 a 8 cm de ancho, tiene flores hermafroditas de un intenso color púrpura o blanco que se agrupan en ramilletes. Florece en verano, entre julio y agosto, donde las flores dan un fruto con una semillita lustrosa, de color pardo o rojizo, con sorprendentes propiedades alimenticias.
Hace más de 3.500 años, los indios olmecas sudamericanos utilizaban las semillas de chia como alimento sagrado, pero también la usaban a diario como base de su alimentación. Con un pequeño puñado, los guerreros aztecas podían andar sin fatigarse y sin tener que comer durante horas, dada sus propiedades energéticas. Pero, con la llegada de los conquistadores españoles, la chia cayó en el olvido.
La chia es un producto natural y muy sano. Posee selenio que nos ayuda a producir enzimas antioxidantes. También otorga vitalidad y fortalece el organismo gracias al potasio, hierro y calcio. Contiene Omega-3, el ácido graso que el organismo no puede fabricar, y que actúa contra colesterol malo (LDL) y los triglicéridos, y que además interviene en las transmisiones bioquímicas de las neuronas. También contiene Omega-6 y Omega 9.
Aunque es muy energético, no engorda nada. Por ejemplo, 100 gramos de semillas de chia contienen 550 calorías, pero además, contiene:
* Fibra: 100% más que cualquier cereal en hojas.
* Calcio: 500% más que la leche.
* Magnesio: 1400 % más que el brócoli.
* Fósforo: 800% más que la leche entera.
* Omega–3: 700% más que el salmón atlántico.
* Potasio 100% más que el plátano.
* Hierro 200% más que la espinaca.
* Selenio 30% más que el lino.
Hace más de 3.500 años, los indios olmecas sudamericanos utilizaban las semillas de chia como alimento sagrado, pero también la usaban a diario como base de su alimentación. Con un pequeño puñado, los guerreros aztecas podían andar sin fatigarse y sin tener que comer durante horas, dada sus propiedades energéticas. Pero, con la llegada de los conquistadores españoles, la chia cayó en el olvido.
La chia es un producto natural y muy sano. Posee selenio que nos ayuda a producir enzimas antioxidantes. También otorga vitalidad y fortalece el organismo gracias al potasio, hierro y calcio. Contiene Omega-3, el ácido graso que el organismo no puede fabricar, y que actúa contra colesterol malo (LDL) y los triglicéridos, y que además interviene en las transmisiones bioquímicas de las neuronas. También contiene Omega-6 y Omega 9.
Aunque es muy energético, no engorda nada. Por ejemplo, 100 gramos de semillas de chia contienen 550 calorías, pero además, contiene:
* Fibra: 100% más que cualquier cereal en hojas.
* Calcio: 500% más que la leche.
* Magnesio: 1400 % más que el brócoli.
* Fósforo: 800% más que la leche entera.
* Omega–3: 700% más que el salmón atlántico.
* Potasio 100% más que el plátano.
* Hierro 200% más que la espinaca.
* Selenio 30% más que el lino.
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