¿Quién no ha degustado alguna vez las deliciosas golosinas de divertidas formas y colores que conocemos como gominolas?
Con forma de oso, de frutas, geométricas, con caras humanas y de animales... todo vale para atraer la curiosidad de los más golosos. Si a todas estas atrayentes características, le unimos sus sugerentes sabores y aromas, también de una gran variedad, podemos afirmar sin equivocarnos que nadie se puede resistir a los encantos de una dulce gominola.
Otra de sus propiedades es el placer que obtenemos al masticarlas, por eso no sólo los más pequeños de la casa disfrutan de su sabor, sino que cada vez más los adultos se aficionan a estas pequeñas delicias. Gracias a los hidrocoloides, un término técnico que engloba un grupo de sustancias con capacidad para espesar agua, se consigue la textura propia de las gominolas.
Ingredientes
- 50 gramos de gelatina sin sabor
- 110 cm3 de agua
- 200 gramos de glucosa
- 300 gramos de azúcar común
- Esencias frutales
- Colorantes
Preparación:
Mezclá en una cacerola el agua, el azúcar y la glucosa y ponelos al fuego.
En una taza grande disolver la gelatina con 10 cucharadas de agua. Ponela en la cacerola.
Sacá la mezcla del fuego y pasala a otro recipiente para que se entibie. Colocá la preparación en distintas compoteras y colocales los colorantes y las esencias correspondientes (por ejemplo colorante rojo con esencia de frutilla
Cuando se enfríe, pero antes de que se endurezca, separá pequeñas porciones de la mezcla, dales forma y pasalas por azúcar.
Dejalas enfriar un poquito y ¡Disfrutalas!
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