Los verdaderos poderes curativos de la cebolla

Aunque tiene sus detractores, es la base de muchos de los platos más exquisitos que ofrecen las mesas del mundo. No en vano son muchas las mujeres que se resignan a las lágrimas con tal de disfrutar el particular gusto de una hortaliza que le agrega sabor a la vida. Pero más allá de sus aplicaciones culinarias, la cebolla es un verdadero aliado de la salud.

Fueron los caldeos de la antigua Babilonia quienes descubrieron los poderes de la planta de cebolla. Además de utilizarla para las enfermedades del aparato digestivo, le otorgaban poderes sagrados y la veneraban en sus ritos religiosos.


El culto a la cebolla llegó hasta Egipto, donde fue muy popular durante la primera dinastía de faraones y se utilizó entera para curar varias enfermedades. Los años la fueron llevando a otras grandes civilizaciones, hasta que griegos y romanos la conocieron y comenzaron a utilizar su zumo para el tratamiento de la hidropesía, la depuración de la sangre y los trastornos digestivos. A pesar de que la Asociación Nacional de la Cebolla (de Estados Unidos) asegura que la planta fue sembrada primero en Irán y Pakistán, otros estudios aseguran que se originó en Asia Central, y muchos historiadores que tratan sobre alimentos sitúan los primeros cultivos a orillas del Mediterráneo, unos 5.000 años atrás.


“Pero como varios cientos de primos de la cebolla crecen silvestres en las regiones templadas del mundo -sostuvo en su investigación Richard Straub, del departamento de Entomología de la Universidad de Cornell- es muy probable que se las haya comido durante decenas de miles de años. Porque además de su sabor y sus propiedades nutritivas, a esta hortaliza se le han atribuido muchos poderes curativos a través de los siglos”.


La cebolla (allium cepa) tiene una composición nutritiva similar a otras hortalizas; posee un alto contenido de agua y un bajo porcentaje de materia seca (8 a 10 por ciento, y hasta más de 20 por ciento en cebollas para deshidratación), carbohidratos, proteínas y lípidos.


Tiene un olor y sabor característicos, asociados a compuestos azufrados que actúan como precursores de diversos compuestos volátiles. Al dañarse la célula, reaccionan liberando ácidos sulfénicos, amoníaco y piruvato.


Estos ácidos se degradan y producen el característico fuerte olor y sabor. El ácido 1-propenil sulfénico es el responsable de provocar las lágrimas al cortar las cebollas.

SECRETOS

Pero además de provocar llanto, olor fuerte y un sabor no siempre bienvenido, son estos compuestos la base de un alimento altamente nutritivo, que tiene muchos usos beneficiosos para la salud.


Los componentes químicos y minerales de la cebolla son excelentes rivales del colesterol malo. No sólo lo combaten cuando ya está presente en el organismo, sino que también ayudan a anular la acción de otros elementos ricos en colesterol, cuando se ingieren al mismo tiempo.


El aparato digestivo es otro de los grandes beneficiados con la cebolla. Comerla cruda aumenta la secreción de jugos gástricos, contribuyendo a una mejor digestión de los alimentos. Además, combinada con frutas ácidas neutraliza los efectos nocivos del ácido úrico.


La licenciada Juana Tucci, del Instituto de Terapias Naturales, de Buenos Aires, explicó que “elimina cloruros de las vías urinarias gracias a su alto contenido en agua y al sulfuro de alilo, por eso es aconsejable en edemas y ascitis”.


Otra de sus ventajas es la facultad de desintoxicar el organismo. Las personas que consumen una dieta con altos índices de toxinas encuentran en la cebolla un excelente depurador; y su capacidad de ayudar al cuerpo a eliminar microorganismos parasitarios que originan infecciones intestinales la convierten en un excelente desinfectante.


Si bien cruda es más efectiva como antiséptico, el caldo de cebolla, ajo, jengibre y manzanas es considerado uno de los mejores desintoxicantes naturales. Su virtud es la de ayudar a que el hígado se deshaga de los desechos acumulados.


El sistema nervioso también obtiene sus beneficios. Gracias a su aceite volátil, que favorece la oxigenación de la sangre, la ingestión de cebolla junto con lechuga tiene una fuerte acción sedante. Además, si se consume cruda, por ejemplo en ensalada, es ideal para combatir estados de aturdimiento o embotamiento cerebral, ya que activa la circulación sanguínea. 
 

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