Objeciones a los beneficios de las semillas de chía como "superalimento"

Los estudios realizados no justifican ni el uso ni la publicidad sobre sus propiedades prometedoras para perder peso
El supuesto potencial para ayudar a perder peso y bajar el colesterol son los dos mensajes más publicitados acerca de las semillas de chía. Sin embargo, ni científicos ni tecnólogos de alimentos tienen un conocimiento exhaustivo de su composición química ni de que las propiedades saludables que menciona sean tales. Las semillas de chía se venden cada vez más en herbolarios y tiendas especializadas como un "superalimento", del cual se conoce poco en nuestro país, pero al que se atribuyen propiedades excepcionales para la salud. Los estudios son escasos, aunque las perspectivas prometedoras sobre la calidad de sus ácidos grasos omega 3 propician que se piense en ellas como un futuro alimento o complemento dietético cardiosaludable.


Las semillas de chía (Salvia hispanica) llegan al mercado con una llamativa carta de presentación: un alimento exótico al que se atribuyen cualidades nutricionales y terapéuticas excepcionales de las que se benefician desde hace años quienes viven en el lugar donde es originaria la planta. Estas semillas tienen una larga historia entre los pueblos indígenas del centro y del sur de América. Han sido el alimento base de la dieta precolombina de la civilización azteca.




Beneficios en letargo

Los pocos estudios que han analizado la composición nutricional de estas semillas y del aceite extraído de ellas se han centrado en algunos de sus componentes, como los ácidos grasos omega 3 y, en particular, el alfa-linolénico, además de analizar su contenido en fitosteroles y compuestos antioxidantes. El beta-sitosterol, el fitosterol más reconocido por su capacidad para reducir los niveles plasmáticos de colesterol, es el más abundante en la planta y, junto con su contenido en ácidos grasos omega-3, explica que se destaque su capacidad para reducir el colesterol. Algunos laboratorios y empresas de alimentación y distribución se han hecho eco de esta prometedora composición química y estudian la fórmula para reivindicar su valor como alimento funcional para reducir el riesgo cardiovascular, entre otros beneficios potenciales.


http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/tendencias/2010/04/29/192740.php

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