Cosmética natural: La manteca de karité


El karité es un árbol, considerado sagrado, que puebla las sabanas arbóreas del oeste de África. El nombre de karité significa árbol de mantequilla.
La manteca que se obtiene de la maceración del fruto, las llamadas nueces de karité (semillas Butyrospermum parkii), se pelan, se hacen hervir, se trituran y amasan. De ahí se obtiene una grasa vegetal: la manteca de karité.
La mejor calidad de esta grasa vegetal pura, proviene de los árboles de Burkina Fasso, Costa de Marfil, Malí y Sudán. No huele ni sabe a nada y es un emoliente fantástico para la piel.

Compuesta principalmente de ácido palmítico (2-6%); ácido esteárico (15-25%); ácido oleico (60-70%); ácido linolénico (5-15%); ácido linoleico (<1%),>
La manteca de karité ha sido durante mucho tiempo el único cosmético de las mujeres africanas. Por ser un regenerador celular natural previene el envejecimiento de la piel y el cabello, su poder hidratante y nutritivo mitiga arrugas y estrías. El alto contenido en vitamina F, componente vital de las membranas celulares, mejora por el enrojecimiento de la piel, su descamación y la sequedad en uñas y cabello. Son las propiedades hidratantes de esta grasa, la que hacen que sea tan utilizada en la composición de numerosos preparados de la industria cosmética.

Usos habituales

En el embarazo y lactancia: la manteca de karité durante el embarazo previene la aparición y la formación de estrías. Durante la lactancia previene la formación de grietas en el pecho y protege al bebé de enrojecimientos de la piel por la fricción de los pañales, pudiéndolo aplicar cuantas veces sea necesario.

Para el cuidado de la piel masculina: la manteca de karité es fabulosa como un sustituto natural de la crema para después del afeitado.
En labios, nariz y cuerpo: la manteca de karité es muy útil para tratar los labios resecos por el frío, a los que aporta un brillo natural, también para la nariz irritada por las alergias o los resfriados. Podemos utilizarla para dar a nuestra piel un efecto satinado, terso, hidratado y suave.

En deportistas: es muy efectiva para las articulaciones de codos y rodillas, dedos de los pies, talones y uñas, por lo que es muy recomendable para antes y después del ejercicio deportivo ya que elastifica la piel y suaviza las callosidades en un par de aplicaciones. La manteca de karité aportará una recuperación más rápida del músculo mejorando el drenaje y la eliminación de toxinas.
En el cuidado del cabello: la manteca de karité protege el cabello del daño solar, al ejercer u efecto protector y regenerador de este, restaurando la estructura capilar, aportando brillo, suavidad y volumen. Una excelente mascarilla capilar: aplicas en el pelo manteca de karité, te envuelves con una toalla durante 20-30 minutos, lo lavas y pelo seco quedará muy suave.

En pieles muy delicadas: la manteca de karité destaca por su intenso y duradero poder hidratante sobre el rostro y el cuerpo. Mejora la elasticidad de la piel por sus propiedades nutritivas y su alto contenido en vitamina F. Es un anti-irritante por excelencia, lo que convendrá a las pieles que enrojecen con facilidad, con tendencia alérgica y para los que están mucho tiempo acostados, previniendo la aparición de llagas.

En el verano: el karité, funciona como un excelente protector solar al proteger la piel de las radiaciones UVB y UVA. Otorgando un bronceado de larga duración, y lo mejor es que será de forma natural, además de no producir granitos, por lo que podemos usar aun cuando hay acne o en pieles grasas.

Combinada con aromaterapia: la manteca de karite es un estupendo vehiculizante para los aceites esenciales. Colocar una vela para hornillos bajo de un calentador donde se derrita una cucharada de manteca de karité, dejar reposar y antes de que se enfríe añadiremos, por ejemplo aceite esencial de lavanda y aceite de rosa mosqueta consiguiendo una crema regeneradora y de alto poder hidratante. Si solo agregaremos rosa mosqueta tendríamos un contorno de ojos espectacular.


Gladys Gómez Flores
Terapeuta de Reiki - Quiromasajista - Fisioesteticista - Linfoterapeuta

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